En 1916, en plena Primera Guerra Mundial, llegan a Cádiz dos barcos con más de seiscientos alemanes provenientes de Camerún. Se han entregado en la frontera guineana a las autoridades coloniales por ser España país neutral. Se instalarán, entre otros sitios, en Zaragoza y formarán allí una pequeña comunidad que ya no volverá a Alemania. Entre ellos estaba el bisabuelo de Eva y Fede, quienes, casi un siglo despues, se encuentran en el cementerio alemán de Zaragoza en el entierro de Gabi, su hermano mayor. Junto con su padre, son los últimos supervivientes de los Schuster, una familia que llegó a formar un importante negocio de alimentación. Pero en los tiempos que corren el pasado siempre puede regresar para levantar ampollas.